Los especialistas advierten sobre compras como alivio del estrés en jóvenes

Muchos de nosotros disfrutamos de salir a comprar: ya sea por una nueva prenda, un capricho o simplemente por pasear. Pero, lo que están notando los especialistas es que cada vez más jóvenes ven estas compras como una forma de aliviar el estrés diario.

Una reciente investigación de Dynata y Unobravo revela que un número significativo de la población utiliza el consumo impulsivo como una forma rápida de reducir la tensión emocional. Esto es especialmente relevante en un mundo donde la ansiedad y el desgaste emocional parecen ser parte de la rutina diaria.

Compras y alivio emocional

A medida que el hábito de comprar se vuelve más común como mecanismo de escapismo, los expertos advierten que este alivio es solo momentáneo. Si bien puede ayudar a sentirse mejor por un instante, puede ser una señal de algo más profundo cuando se convierte en la principal manera de enfrentar la ansiedad.

Un fenómeno curioso es que, aunque el acto de comprar puede dar una sensación de control sobre nuestra vida, a menudo ese bienestar es efímero. Después de la compra, podemos sentir culpa o arrepentimiento, que luego alimenta un ciclo difícil de romper. La próxima vez que compremos, lo haremos esperando calmar esas emociones nuevamente, sin darnos cuenta de que esto puede llevarnos a un descontento más profundo.

La influencia de las plataformas online

La creciente popularidad de las compras online y las constantes ofertas influyen aún más en este patrón. La facilidad con la que podemos comprar desde la comodidad de casa refuerza la impulsividad. Muchos jóvenes expresan sentirse abrumados por la exposición constante a promociones y descuentos. A veces, compran solo porque ven un producto a buen precio o porque tienen miedo a perderse una buena ocasión.

Los psicólogos ayudan a entender que esta conducta puede volverse compulsiva en tiempos de emociones intensas, creando un ciclo que brinda un placer momentáneo seguido de un vacío. Cada compra activa una liberación de dopamina en el cerebro, el neurotransmisor que se asocia con el placer inmediato. Por eso, en épocas de ventas como el Black Friday o el Cyber Monday, este comportamiento puede intensificarse, llevando a decisiones a menudo poco racionales.

Reconociendo señales y patrones

Detrás de estos hábitos pueden aparecer diversas señales: ansiedad, aislamiento, acumulación de objetos que no usamos y problemas económicos. La clave está en diferenciar entre una compra ocasional y un patrón que necesita atención profesional.

La reflexión personal y la atención a cómo y por qué compramos pueden ser fundamentales. Si encuentras que las compras son la única forma de sentirte bien o calmarte, podría ser un buen momento para buscar alternativas que no dependan del consumo.

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